Desde el momento de finalizarse su construcción (1916), e incluso antes de ser concluido, el carmen-estudio del pintor José María Rodríguez-Acosta suscitó la curiosidad y atención, no solo de sus amigos, sino también de los granadinos que veían como el paisaje de la colina del Mauror, junto a Torres Bermejas, se veía nuevamente modificado, tras la reciente construcción del Hotel Alhambra Palace. Este lugar que mira al sur es visible desde la vega de Granada; la silueta blanca de la nueva construcción, se ha potenciado en contraste con en el fondo oscuro de la vegetación que la rodea.
Por todo ello ha sido también objeto de revisión y estudio por parte de arquitectos, paisajistas, historiadores y artistas que nos han legado algunas reflexiones y estudios que siempre son interesantes para el conocimiento del edificio. Aquellos que fueron escritos por personas cercanas a José María Rodríguez-Acosta recogen, también, aspectos íntimos de la vinculación de éste con la obra que construía. En los artículos y libros escritos a partir de 1960 (unos 20 años después de su muerte), podemos encontrar ya más reflexiones sobre la evidencia formal de esta obra, sus paralelos, influencias y trascendencia en el panorama de la arquitectura europea de entreguerras.
Hoy os traemos un artículo conocido, en el que, tratando la obra del arquitecto Teodoro de Anasagasti, se plasma a grandes rasgos la esencia arquitectónica del carmen-estudio. Está publicado en el nº 240 de la -> Revista Arquitectura (Autor: La Editorial. “Teodoro de Anasagasti y Algán (1880-1938) . Un espacio entre el historicismo y la modernidad” 1983, nº 240, pág. 19-30) y nos llega gracias al portal del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM)
Esperamos que os guste!