En nuestra serie “Las especies vegetales del jardín de la Fundación” hoy le toca el turno a las glicinias. Es uno de los elementos vegetales más espectaculares con la llegada de la primavera que contribuyen a dar esplendor y color a los lugares que ocupa. En este caso y saltando la tónica habitual, el color morado o violeta, es el que se encarga de llamar la atención en los meses de floración.
La Wisteria sinensis una especie trepadora de gran belleza que procede de Australia, y de otros países del este como China y Japón. Por su carácter trepador se ubica en zonas de pérgola y emparrados del jardín de la Fundación, aunque con el paso del tiempo se ha ido extendiendo hasta espacios limítrofes. Con ella y el color violeta de su floración que nos sorprende entre los meses de abril y mayo se llenan de color casi todas los niveles de nuestros jardines.
El ejemplar más antiguo y espectacular los encontramos junto al muro de la Casa, la antigua residencia, en los Jardines Bajos. El tronco vetusto, carga de romanticismo este rincón; retorciendo sus ramas se bifurca cubriendo el arranque de la pérgola y el porche de la Casa. En primavera es todo un espectáculo para el visitante contemplar la cascada de flores que llena este espacio y lo envuelve en un aroma especial. Precisamente este ejemplar tiene tantos años como el propio edificio.
Encontramos otro ejemplar de glicinia en el lado oeste del Patio de Venus. Sus flores, también moradas, cubren la pérgola que sirve de cierre al patio, llenando los desniveles con su esplendor vegetal. También da sombra a esta zona, desde la que contemplamos una vista diferente del patio más famoso del carmen, con sus imponentes torres al fondo. Sus racimos de flores son el mejor marco para el patio de Venus, delicado, efímero y cíclico, como la sucesión de las estaciones o como la propia vida.
¡El que lo ha visto alguna primavera no lo puede olvidar!
¡Os esperamos para abril!
Texto: Carmen Sanchez Sierra
Fotos: Luis Morales Quesada