Esta mañana, como todos los lunes, hemos realizado nuestro recorrido por el jardín para poder recoger la evolución que la vegetación está teniendo con estos días especialmente buenos, con temperaturas por encima de lo habitual en estas fechas, y lamentablemente sin lluvias. Además de los trabajos de riego, indispensables para mantener todos los árboles y arbustos, están los de barrido del suelo y limpieza de fuentes, que empiezan a estar cubiertos por las hojitas de las flores que nos acompañan.
Como todos los años la glicinia (wisteria), también conocida como “flor de la Pluma”, es una trepadora que pone un toque de color violeta en nuestro jardín, desde el porche de la casa (antigua residencia de artistas), hasta el flanco oeste del patio de Venus. Las flores ya están abiertas y a punto de agostarse por las altas temperaturas. En unos días comenzarán a secarse para dejar paso a las hojas que llenarán de verdor las pérgolas.
Esta glicinia debió plantarse al mismo tiempo que se construía el edificio, por lo que se estima que debe tener algo más de 100 años. Aunque es una trepadora, ha desarrollado un tronco impresionante, y extiende sus principales ramas con un grosor considerable.
Hoy os dejamos unas instantáneas llenas de color y aprovechamos para desearos unos felices días.
¡¡Hasta pronto!!
